Ferran Manegal (1958-¿?), periodista especializado en crítica, inició su andadura profesional en el prestigioso diario “El periodo de las catalanas”. Su sección de análisis cinematográfico marcó un antes y un después en la prensa especializada en el séptimo arte, hecho que le llevó a convertirse en uno de los columnistas más prolíficos de su época.
Llegó a a visionar tantas películas en un solo día que, para mantenerse despierto, ingería café en cantidades industriales, mostrándose siempre en un semieterno estado de alerta. Para compensar la falta de sueño cayó en el abuso de calmantes y otros narcóticos más potentes. Ese consumo desmesurado derivó en una narcolepsia, enfermedad que afectó crucialmente en su carrera como analista cinematográfico.
Los ataques de sueño repentinos provocados por el trastorno le impedían seguir los hechos que narraban las cintas y, por otro lado, los efectos de los narcóticos le impedían distinguir realidad de ficción. De esa combinación de desgracias nacieron las críticas surrealistas del Señor Manegal.
El momento más crítico del crítico, se produjo cuando el director del periódico en el que colaboraba se dio cuenta de que los artículos ya nada tenían que ver con los argumentos originales de las películas. Ese involuntario desprecio por el género de la crítica de cine fue definido como cinefobia, o aversión al cine como arte.
Por esa discutible razón el Señor Manegal fue despedido, entrando en una espiral de autodestrucción de la cual actualmente se está recuperando: ya ha iniciado tratamiento psicológico en La Caja y ha encontrado un puesto como tertuliano en Intereconomía TV. Que allí eso del rigor periodístico....