viernes, 27 de febrero de 2009

El aviador.

Género: Catástrofes (una detrás de otra).

Duración: Lo que Dios Nuestroseñor quiera tardar en llevarse al protagonista.

Comentario: Tras un tragicómico accidente de helicóptero, Mariano decide enfrentarse a sus miedos y se matricula en una academia para pilotos de aviones. Cuando pensaba que su nueva vida, alejada de las desgracias de su partido y del mal fario de Esperanza, podría tomar un nuevo rumbo, conoce a su instructor de vuelo. Ni más ni menos que SPOILER Carlos Sáinz, dispuesto a dar un vuelco a su carrera FIN DE SPOILER.
Valoración:

jueves, 26 de febrero de 2009

Mira quien habla.

Género: Comedia de enredo.

Duración. Lo que tarda Mariano Ozores en decir de un tirón: "compadre cómprame un coco, que el que poco coco come, poco coco gasta".

Comentario: La película está rodada de forma tan incomprensible que no la puedo entender, y si no la podemos entender quienes la tenemos que entender, ¿cómo piensan ustedes que la van a entender aquellos que están esperando la crítica de los entendidos, para poder entenderla mejor?

Valoración:



miércoles, 25 de febrero de 2009

La cara de cera.

Género: Terror senil.

Duración: Lo que tarda un médico de la seguridad social en hacer un lifting, una reducción de pómulos y una rinoplastia.

Comentario: El terror adolescente es historia. Con el estreno de “La cara de cera” se inaugura un nuevo género, mucho más maduro y alejado de los típicos tópicos del género: el bautizado como terror senil. Un perturbado Mickey Rourke interpreta a un serial killer que se dedica a atemorizar a todos los visitantes del museo de cera de Barcelona. El móvil de los crímenes se desvela a los cinco minutos del inicio cuando, a través de un flashback, se nos muestra como fue engendrado el asesino. MUCHOS SPOILERS: La madre de la criatura se masturbaba con un cirio y, por cosas de la ciencia, el niño fue fecundado mágicamente. De ese bizarro pseudo-coito nació una criatura mitad humana y mitad cera, que encontró en el museo un hogar y una familia que defendía a ultranza. El film es absurdo en su totalidad, pero especialmente lamentable es el momento en el que a Mickey se le salta un punto de la cabeza mientras apuñala a una Playmate con una vela de cumpleaños. FIN DE SPOILERS. Se merecería la nota más baja de nuestra escala, pero debido a que es el mismo director quien reconoce durante los créditos su pésimo trabajo, le subimos una duquesa (la cara de cera por antonomasia) en la valoración. Disculpas aceptadas.

Valoración:




martes, 24 de febrero de 2009

El silencio de los corderos.




Género: Soliloquio.

Duración: Varias legislaturas.

Comentario: Si soliloquio fuera la abreviatura de "sólo un loco" nos encontraríamos ante una obra indispensable. Pero no. Este esperpento es una burla del género, es un simple discurso contra el imperialismo yankee. Uno más de los absurdos monólogos que acostumbran a salir por la boca del eterno presidente venezolano (Hugo Chávez, para los no informados). El único elemento digno de mención lo encontramos al final, SPOILER, con la súbita aparición del Rey de España (Juan Carlos I, para los no informados) que zanja la trama con una sentencia a la altura de las grandes frases del cine clásico. FIN DEL SPOILER. La brillante culminación de la historia compensa los tediosos momentos previos. Como consejo, eviten el tostón y acudan a la sala sólo para ver los dos últimos minutos de proyección. Aprovecharán mejor la tarde.

Valoración:


lunes, 23 de febrero de 2009

Señor Manegal, de crítico a criticado.


Ferran Manegal (1958-¿?), periodista especializado en crítica, inició su andadura profesional en el prestigioso diario “El periodo de las catalanas”. Su sección de análisis cinematográfico marcó un antes y un después en la prensa especializada en el séptimo arte, hecho que le llevó a convertirse en uno de los columnistas más prolíficos de su época.


Llegó a a visionar tantas películas en un solo día que, para mantenerse despierto, ingería café en cantidades industriales, mostrándose siempre en un semieterno estado de alerta. Para compensar la falta de sueño cayó en el abuso de calmantes y otros narcóticos más potentes. Ese consumo desmesurado derivó en una narcolepsia, enfermedad que afectó crucialmente en su carrera como analista cinematográfico.


Los ataques de sueño repentinos provocados por el trastorno le impedían seguir los hechos que narraban las cintas y, por otro lado, los efectos de los narcóticos le impedían distinguir realidad de ficción. De esa combinación de desgracias nacieron las críticas surrealistas del Señor Manegal.
El momento más crítico del crítico, se produjo cuando el director del periódico en el que colaboraba se dio cuenta de que los artículos ya nada tenían que ver con los argumentos originales de las películas. Ese involuntario desprecio por el género de la crítica de cine fue definido como cinefobia, o aversión al cine como arte.


Por esa discutible razón el Señor Manegal fue despedido, entrando en una espiral de autodestrucción de la cual actualmente se está recuperando: ya ha iniciado tratamiento psicológico en La Caja y ha encontrado un puesto como tertuliano en Intereconomía TV. Que allí eso del rigor periodístico....